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March 30, 2025

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El año de Julka como au pair: Las personas y los lugares que lo hicieron inolvidable

Desde el momento en que Julka llegó al estado de Utah, abrazó todo lo que su año como au pair en Estados Unidos tenía para ofrecerle: nuevas rutinas, nuevos paisajes y, lo más importante, nuevas conexiones. Lo que hizo que su experiencia fuera realmente inolvidable no fue solo el lugar donde vivió o los sitios que exploró—aunque entre sus viajes a Alaska, Hawái y muchos más, sin duda vivió aventuras impresionantes—sino las personas que se convirtieron en su familia y amigas para toda la vida, quienes realmente dejaron una huella en su corazón.

Una familia anfitriona que se convirtió en hogar

La familia anfitriona de Julka fue una parte fundamental para que su año como au pair fuera tan especial. Ella cuidaba a dos gemelos de cinco años y a un niño de tres que rápidamente se convirtió en su “mejor amiguito”. Lo que comenzó como un rol de cuidado infantil se transformó en algo mucho más profundo: sus padres anfitriones se encargaron de compartir tradiciones, celebrar todo en conjunto y recibirla como una más de la familia. El lazo fue tan fuerte que Julka los nominó al premio Host Family of the Year de Cultural Care—¡y ganaron!

“Mi familia anfitriona me mostró lo acogedora, amorosa y atenta que puede ser una persona con alguien que, al principio, ni siquiera hace parte de su familia,” cuenta Julka. “Y nuestra conexión comenzó incluso antes de que yo llegara a Estados Unidos.”

Tres semanas antes de que Julka comenzara su año como au pair, su mamá anfitriona, Amanda, tuvo un viaje de negocios a Alemania—muy cerca del país natal de Julka, Polonia. Aunque Amanda quería visitar la ciudad de Julka, su agenda de trabajo no lo permitió. En su lugar, Julka y su familia decidieron viajar a Alemania para encontrarse con ella. “¡Fue increíble!” recuerda Julka. “Desde ese momento hablamos casi todos los días. Y desde el p

Encontrar una comunidad y amigas para toda la vida

Julka también construyó una red de apoyo muy fuerte en Utah, más allá de su familia anfitriona. Rápidamente creó un vínculo cercano con su Coordinadora Local de Cuidado Infantil (LCC), Sophie, y le encantaban los encuentros organizados por ella. Estas reuniones le dieron la oportunidad de conectar con otras au pairs de la zona, lo que facilitó crear amistades que van mucho más allá de su año en el programa.

Además, formó amistades que se extendieron por todo el país. “Tengo muchas amigas en diferentes estados,” cuenta Julka. “Nos visitamos, viajamos juntas y siempre estamos ahí la una para la otra.”

Una de sus conexiones más especiales fue con su mejor amiga, Sky. “Ella es mi alma gemela aquí en Utah,” explica Julka. “Hemos pasado juntas por lo mejor y por lo más difícil. Ser au pair es emocionante, pero mudarse al otro lado del mundo y ponerse en esa situación puede ser duro al principio. Cada persona que te ayuda, te sonríe o está para ti, hace que te sientas más cómoda y feliz.”

Descubriendo Estados Unidos, una aventura a la vez

Para Julka, convertirse en au pair también le abrió la puerta a experiencias de viaje increíbles. Mudarse a Utah la llevó a conocer un estado que nunca imaginó amar tanto. Rodeada de una naturaleza impresionante y cinco parques nacionales, descubrió una nueva pasión por las aventuras al aire libre. “En Utah, donde mires hay montañas. En verano puedes hacer caminatas y en invierno puedes esquiar o hacer snowboard. ¡Más au pairs deberían saber lo increíble que es Utah!”, comenta.

Julka también se aseguró de visitar varios destinos que siempre había soñado. Su viaje a Hawái se hizo realidad apenas cuatro meses después de empezar el programa, cuando viajó con un grupo de otras au pairs para vivir una aventura única en la vida. “Me uní a este grupo de amigas para su viaje a Hawái siendo aún una au pair nueva. Hicieron que mi primer gran viaje fuera súper especial. No me sentí excluida en ningún momento. Hicimos paracaidismo juntas y después seguimos visitándonos en nuestros estados.”

Pero quizá la historia de viaje más increíble de Julka fue su aventura a Alaska—un viaje que casi no sucede. “Mucha gente se bajó del plan y no encontraba a nadie que quisiera ir conmigo,” recuerda. Pero cuando publicó en un grupo de au pairs polacas en Facebook buscando compañera de viaje, encontró a Natalia, otra au pair. Se conocieron por primera vez menos de 24 horas antes de abordar un crucero juntas. “En cuanto subimos al barco, ya éramos mejores amigas,” dice Julka. “Ella hizo que mi experiencia como au pair fuera increíblemente especial.” Siguieron viajando juntas e incluso pasaron el Día de Acción de Gracias con la familia anfitriona de Julka, demostrando que las amistades que nacen durante el programa de au pair dejan huellas para toda la vida.

Por qué las personas que conoces son lo más importante

Al mirar atrás, Julka sabe que su año como au pair no habría sido el mismo sin las personas increíbles que conoció en el camino. “Cada relación me enseñó algo valioso,” reflexiona. “Mis niños anfitriones me enseñaron a ser la mejor versión de mí misma. Mis amigas se convirtieron en mi segunda familia. Cada palabra de apoyo y cada acto de cariño me hizo sentir vista y comprendida. Cada persona que conocí durante mi experiencia como au pair fue importante.”

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